La gran mayoría de las personas suelen hacer solo un tipo de ejercicio o actividad, creyendo erróneamente que están cubriendo todas las necesidades físicas. Sin embargo, las investigaciones han demostrado la importancia de realizar estos cuatro tipos de ejercicio: resistencia, fuerza, equilibrio y flexibilidad. Cada uno de estos ejercicios ofrece beneficios distintos para la salud. En este artículo, descubriremos las principales diferencias con ejemplos prácticos para implementar en nuestro día a día para mejorar nuestra salud y bienestar.
Ejercicios de resistencia
Las actividades de resistencia, frecuentemente conocidas como ejercicios aeróbicos o cardiovasculares, elevan tanto la frecuencia cardíaca como la respiratoria. Este tipo de ejercicio mejora principalmente la salud del corazón, los pulmones y el sistema circulatorio, además de prevenir y retrasar varias enfermedades muy comunes en la población adulta, como la diabetes, el cáncer de colon y de mama, enfermedades cardíacas y otras. Algunas actividades físicas que mejoran nuestra resistencia son:
Caminar rápidamente
Bailar
Nadar
Montar en bicicleta
Subir escaleras o cuestas
Practicar deportes como el pádel, tenis, baloncesto, etc.
Tareas del hogar más exigentes como la jardinería
Remar
Correr
Rutas de senderismo
Mejorar nuestra resistencia nos permite disfrutar de un paseo sin fatigarnos, aguantar el ritmo de nuestros familiares más jóvenes, bailar en una celebración o mantenernos más activos en las tareas del hogar. Cada semana, debemos intentar realizar al menos 150 minutos de este tipo de ejercicios y actividades que aumenten moderadamente nuestras pulsaciones y respiración.

Ejercicios de fuerza
Unos músculos fuertes nos ayudan a mantener la independencia y a realizar con facilidad las actividades cotidianas, como levantarnos de la silla, subir escaleras o llevar la compra. Mantener la fuerza muscular también mejora el equilibrio, previene caídas y lesiones. La probabilidad de sufrir una caída disminuye mucho cuando los músculos de las piernas y las caderas tienen suficiente fuerza. Algunos ejercicios considerados de fuerza o fortalecimiento son:
Utilizar gomas o bandas elásticas
Levantar pesas
Cargar peso con los brazos
Levantar el peso corporal haciendo flexiones en la pared o sentadillas, etc
Apretar una pelota pequeña con las manos
Usar máquinas de musculación
Mejorar nuestra fuerza nos hace sentir con mayor seguridad en cualquier acción cotidiana como coger en brazos a nuestros nietos, cargar las bolsas de la compra o subir las escaleras de un museo con facilidad. Debemos realizar ejercicios de fortalecimiento para todos los grupos principales de músculos al menos dos días a la semana.

Ejercicios de equilibrio
Desarrollar un buen equilibrio es crucial para mantener la independencia y la seguridad en la vida diaria. Cuando los músculos responsables del equilibrio están fuertes y coordinados, se vuelve menos probable experimentar tropiezos o desequilibrios y reducir así el riesgo de caídas y lesiones relacionadas.
Existen varias formas de mejorar el equilibrio, y una de ellas es mediante ejercicios específicos que desafían y fortalecen los músculos estabilizadores. Estos ejercicios pueden incluir:
Tai chi
Yoga
Aguantar sobre una pierna
Caminar en línea recta o “tándem”
Aguantar sobre superficies inestables
Para obtener los mayores beneficios, es recomendable realizar ejercicios de equilibrio al menos dos o tres días a la semana e incorporar una variedad de ejercicios para trabajar diferentes músculos y desafiar nuestra estabilidad en diferentes situaciones.

Ejercicios de flexibilidad
Mantener la flexibilidad es fundamental para preservar la movilidad y prevenir lesiones a medida que envejecemos. Estos ejercicios nos ayudan a mantener los músculos y las articulaciones más flexibles, lo que facilita realizar actividades diarias como inclinarse, agacharse, levantar los brazos o girar el cuerpo.
Existen numerosas formas de mejorar la flexibilidad. Algunas opciones incluyen:
Estiramientos estáticos
Estiramientos dinámicos
Yoga
Pilates
Tai chi
Para obtener los mejores resultados, es recomendable realizar ejercicios de flexibilidad al menos tres días a la semana. No fuerces los estiramientos y evita rebotes bruscos, en su lugar, mantén los estiramientos suaves y graduales, y detente si sientes dolor.

En conclusión, los cuatro tipos de ejercicio: resistencia, fortalecimiento, equilibrio y flexibilidad, son fundamentales para mantener una buena salud y calidad de vida en todas las etapas de la vida. Al incorporar una variedad de actividades físicas en nuestra rutina diaria, podemos fortalecer nuestro corazón, músculos y huesos, mejorar nuestro equilibrio y flexibilidad, y promover un bienestar general.
Para obtener los máximos beneficios, es importante encontrar un equilibrio entre los diferentes tipos de ejercicio y adaptar nuestra rutina a nuestras necesidades individuales y preferencias. Ya sea caminando, nadando, levantando pesas o practicando yoga, cada forma de ejercicio contribuye de manera única a nuestra salud y vitalidad.
Así que te animo a que te comprometas a moverte más cada día. Encuentra actividades que disfrutes y que se adapten a tu estilo de vida, y haz de ellas una parte integral de tu rutina diaria. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
No esperes más para empezar. Haz de la actividad y ejercicio físico una prioridad en tu vida y comienza a disfrutar de los increíbles beneficios que esta produce.
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